jueves, 17 de octubre de 2013

Apuntes para un Guión cinematográfico



(Zoom sobre un portal cualquiera de Villaverde) un hombre de mediana edad (que no os pienso decir) observa el lluvioso cielo alumbrado por la luz de la una farola. Mira y piensa: “Ahora me voy al tren y además de mojarme me pongo de barro hasta las cejas. Mejor cojo el 86 y me ahorro tanta incomodidad”.

Dicho y hecho, anda doscientos metros hasta alcanzar el parapeto de la marquesina del autobús. 

Una mujer mayor y una chavalilla le miran mientras cierra el paraguas. Muy ufano, nuestro maduro galán envía un SMS para saber el tiempo que le falta al 86 para llegar, y de paso, vacilar un rato a las chicas con sus conocimientos del funcionamiento de los servicios que la EMT madrileña presta a sus usuarios (previo pago de su importe, por supuesto).

Llega el esperado SMS de respuesta de la EMT. ¡¡No lo puede creer!! ¡¡¡Próxima llegada 25 minutos!!!. ¡¡¡Siguiente 35!!!

(Imagen Congelada) En un rictus de rabia nuestro héroe se vuelve hacía sus compañeras de marquesita y las espeta: “el 86 va a tardar 25 minutos en llegar”. La señora mayor, más mayor que él, le comunica que ella espera que escampe. Que va al Centro de Salud y le ha pillado el chubasco. La joven solo dice “puta mierda” y se va como alma que lleva el diablo y nuestro hombre de mediana edad, resignado, abre de nuevo el paraguas, se remanga los bajos del pantalón y se pone en marcha camino del barro que le lleve en 5 minutos a la estación de tren de Puente Alcocer. 

Esto que os cuento ha sido así, o casi, hasta ahora, hoy nos ha dado el Ayuntamiento de Madrid la buena nueva de que va a quitar un autobús de las líneas 59 y 86 (de alguna más, pero estas son las que me afectan como vecino de Villaverde) por falta de demanda.

¿Qué mierda de falta de demanda?. Lo que hay es un exceso de morro de los responsables municipales y una falta de vergüenza de aquí a Gibraltar por dar un servicio paupérrimo a un precio desorbitado y encima decir que hay “falta de demanda”.

Cómo querrán que la gente coja el autobús si tarda una eternidad, y con los nuevos cambios más.

(Trávelin sobre la acera) Un hombre de mediana edad se vuelve hacía la parada del autobús con la mano derecha abrazada al antebrazo izquierdo, flexionado este y el dedo corazón erguido. Una gota de lluvia golpea contra el cristal de sus gafas mientras grita una frase que empieza en “tus” y acaba en “muertos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario