lunes, 6 de febrero de 2017

A Mario, que nos ha dejado muy sol@s



Cuando un amigo se va… sí, claro que deja un vacío, un vacío terrible es el que nos ha dejado a muchas y a muchos Mario Salvatierra y por muchas razones.

Mario siempre tenía una palabra o muchas, para explicar lo que pasaba en el mundo y sobre todo, lo que le pasaba a la socialdemocracia europea, su pasión. Pero también tenía palabras amables, un chiste o una historieta que finalmente te hacía reír, partirte de risa sobre alguna anecdota de Argentina y/o los peronistas, su otra pasión. Ese era Mario, locuaz y dicharachero, aunque también sabía ser serio, riguroso y un pelín acido también.

Mario estaba enamorado de Almería y de una almeriense, Marisa. Compartimos anécdotas y experiencias de Rodalquilar y la Isleta del Moro, nos mandábamos fotos y nos recomendábamos sitios para comer y estar.

Recuerdo que la semana santa pasada le mandé una foto del cartel señalizador de “Salvatierra de los Barros” e hicimos chistes sobre su apellido y sus orígenes.

Ese era Mario. El que mandaba los chistes más divertidos y también los más malos por WhatsApp. El que hacía las críticas más atinadas sobre la situación política. Largos y largos discursos plagados de citas filosóficas después de intensas comidas con buena carne y mejor vino.

Ahora no sé quién nos señalará la ruta a seguir por la socialdemocracia europea. Quien interpretará los cambiantes simbolismos de cada puesta en escena de los “liderillos/as” del socialismo español. Quien nos recomendará tal o cual libro de Owen o de Piketty.

Mario, te has ido muy pronto y nos has dejado muy solos.