miércoles, 11 de octubre de 2017

Así no, Manuela Carmena, Así no.



Saben quienes me siguen en estas páginas sandieras, que no suelo hablar de cosas personales, aunque eso de salvar el planeta sea de lo más personal que se puede hablar, pero vaya, me entendéis.
La cuestión y viene ahora la explicación al título de este post, es que hace 17 días, a un vecino/a se le rompió algo de cristal y cerámica frente al número 53 de la calle Hermandad de Donantes de Sangre, en el madrileño e ilustre barrio de la Ciudad de los Ángeles del no menos ilustre, pero desfavorecido por años y años, distrito de Villaverde.

La susodicha persona no recogió (mal hecho, muy mal hecho) el estropicio y tiro para adelante y ahora viene lo bueno, el Ayuntamiento de Madrid tampoco y encima da la puñetera casualidad (me perdonen la expresión, pero las bilis son las bilis) cuando Manuel Carmena celebra su campaña de imagen, “Un mes, un distrito”, en Villaverde.


Llevo ya 10 días denunciando en Twitter que no se recogen los cristales, cada vez más esparcidos, pues, además, la acera donde ha sucedido todo, es de las más transitadas del barrio ya que es paso obligado para acceder a la estación de cercanías de Puente Alcocer.


Creo que tod@s sabéis de que pie cojeo. Sabéis también que Manuela Carmena e Inés Sabanes me han sido siempre simpáticas y las he apoyado en medidas difíciles, pero imprescindibles, como el protocolo anticontaminación y otras medidas para conseguir una Movilidad Sostenible en nuestra ciudad, pero ¿no hay un cepillo público para barrer una calle de Villaverde en 17 días?


Y es que los cristales son simplemente la prueba inequívoca de eso, de que en 17 días no se ha barrido ni una sola vez la calle Hermandad de Donantes de Sangre y esto, más allá de contratos leoninos heredados, de manipulaciones de la prensa conservadora y de otras zarandajas, es dejación de responsabilidades, ineptitud en la gestión y falta absoluta de criterio político.


Cuando “Ahora Madrid” asumió el Gobierno de la ciudad de Madrid a algunos compañeros de esta organización les dije: “aprender a gobernar y luego, hacer la revolución”, pero ni lo uno, ni lo otro.


Yo no tengo problema en pagar impuestos, me gusta pagar impuestos, porque me gusta obtener servicios con ellos, pero mi ayuntamiento se gasta mis impuestos en pagar una deuda que no es mía, ni la aprobé, ni la quiero y, no me limpia las calles, al menos en los últimos 17 días y por eso no me queda más remedio que decirle a mi alcaldesa: Así no, Manuela Carmena, Así no.