Me dicen el otro día a través de la pantalla de LCD que de
forma cotidiana llamamos Televisión (que yo no tengo plasma como Marianico),
que en Madrid y Córdoba hemos alcanzado por tercer mes consecutivo el record de
temperaturas registradas, por ahí por los cuarentaypico (bravo, bravo, aplausos,
vitores) y que se espera que las actuales “inusuales temperaturas” se mantengan
durante las próximas 2 o 3 semanas.
Sudores fríos nos recorrían en casa a los oyentes de tan
salvaje noticia, que no nos enfriaron el caleturón que llevamos con el Sol
pegando de plano, hasta que le da por irse, en la terraza y las habitaciones, que eso nos
pasa por pillar una casa sin tener en cuenta la orientación o no tener pelas
para elegir mucho (más esto segundo).
No os voy a contar como se pasan estas noches tropicales a
treintaytantos o veintimuchos, que ya lo sabéis, pero si que me gustaría que diéramos
un repasillo a porque pasamos las de Caín con estos Tsunamis temperatureros.
Os voy a colocar un par que párrafos del Libro Verde sobre
la sostenibildad urbana publicado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2012
“Las olas de calor son otra de las consecuencias del
cambio climático, las cuales tiene un efecto inmediato de disconfort térmico
que en casos extremos de prolongados períodos de altas temperaturas puede
suponer un incremento de enfermedades y de muertes; como ya sucedió en el año
2003. En España se evaluó en más de 7000 el número de muertes a causa de la ola
de calor.
El incremento de temperaturas tendrá un impacto
añadido en las ciudades a causa del efecto de la isla de calor. Las características
de los materiales urbanos modifican el clima de las ciudades haciendo que la
temperatura en éstos sea varios grados superior a la temperatura de las áreas
rurales. La combinación de las olas de calor con el efecto de la isla de calor
incrementa el impacto sobre la salud de los ciudadanos.
Toma ya. No solo es que soportamos una Ola de calor de
tamaño armario de cuatro cuerpos, sino que encima somos los culpables.
En ese mismo momento me acorde del primo de Rajoy, de Rajoy,
de Aznar, de Esperanza y de todos los malintencionados negacionistas del Cambio
Climático, ¿que sabéis por que lo niegan?
Vale si, por intereses económicos de sus amiguetes. Vale.
Vale si, porque hacer algo para parar el Cambio Climático
influiría en las empresas de las que son o van a ser o accionistas o
ejecutivos. Vale tenéis razón.
Vale si, porque hay mucha multinacional (del petróleo, de la
fabricación de coches, de la industria agroalimentaria y farmacéutica) financiando
lobbys negacionistas para no tener que dejar de hacer las cosas tan
rematadamente mal como las hacen. Vale, también.
¡¡¡Pero dejarme que diga algo, que el blog es mío!!!
También están anclados en sus posturas inmovilistas, porque
viven aislados de lo que pasa en el mundo. Metidos todo el día en sus despachos
climátizados, en sus coches climatizados, en sus casas climatizadas. Hablan,
viven, se relacionan con personas con “vidas climátizadas” como ellos y claro,
así es imposible pensar que en Villaverde, Fuenlabrabada o Almendralejo
(Badajoz) hay gente pasándolas canutas en el puesto de trabajo a 40º. Maldurmiendo
a 32º con un ventilador ruidoso, en el mejor de los casos, y las sábanas
empapadas en todos.
Pero, y aquí os pido un ejercicio de sinceridad. ¿Cuántos de
vosotros/as tenéis la “vida climátizada” así como estos de la “casta”?
Porque, nos quejamos, y nos quejamos mucho, pero hemos
agotado los aires acondicionados de los Hipers, hemos vuelto a récords de
consumo de electricidad (dejando el aire acondicionado a todo trapo 24/7), electricidad
que no es gratis, ni para tu bolsillo, ni para el Clima del planeta, y si además
tenemos en cuenta que nuestro Gobierno Mariano, se ha cargado (con la ayuda de
algún Ministro Zapateril de apellido Sebastián) la apuesta por las energías
renovables que habíamos hecho entre 2004 y 2011, entoces ya apaga y vámonos (a
la playa, con más consumo de petróleo, electricidad etc, etc).
Somos los que generamos las Olas de calor por nuestras
emisiones disparadas de gases de efecto invernadero, y para combatirlas
aumentamos el consumo y disparamos las emisiones de gases que provocan Olas de
calor y claro, fruto de ellos tenemos Tsunamis de Calor. Para combatirlo
seguimos consumiendo y emitiendo más y más y entonces la pregunta es, después
del Tsunami ¿Qué?.
Yo por si las moscas he resistido la tentación de volver a
traerme el coche a trabajar (ya pequé ayer) y con mis pantas cortos y mi gorra
de visera intentaré soportar el estío sin añadir gasolina (nunca mejor dicho) a
esta hoguera en que se esta convirtiendo nuestro julio y no, no compraré un
aire acondicionado.
Abaníco y pay-pay.
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