Ayer fue una tarde-noche para no olvidar.
Mientras algunos/as veían en los bares, internet o canales
de pago a 22 tipos (más árbitros y cambios) en pantalón corto dar patadas a un
balón, algunas y algunos miles oíamos-veíamos a los cantautores de toda la
vida, los de siempre, pero también los de ahora y los de mañana, porque, a lo
que se vió-oyó ayer, la mayoría de las malas cosas que pasaban a finales de los 70,
principios de los 80 del pasado siglo, siguen pasando ahora.
Ismael Serrano (algo soso para mi), Luis Eduardo Aute (en
forma pese a tener más años que Al Alba), Luis Pastor (genio, figura,
Vallekano, Cubano, Extremeño todo pasión) y Silvio Rodríguez (con la voz
ahumada por edad y sabiduría, pero tan llena de poesía, de amor, de Revolución,
como siempre) nos dijeron, le dijeron a todo el mundo, que los Cantautores
están aquí, que no se han ido, que vinieron para gritarle la verdad a los
poderosos del mundo y siguen haciéndolo porque la mentira sigue gobernado este
mundo.
No os voy a contar cada una de las canciones que
cantaros-canté-cantamos, sería demasiado, pero seguro que esa en la que
piensas, también.
Al Alba, por supuesto.
Te doy una canción, como no, insuperable. Ojalá, que remedio y para mi-nosotros
(ella lo sabe) Pequeña Serenata Diurna. Todas no, falto el Unicornio Azul, pero ya
se sabe. Se perdió.
Tarde-Noche de banderas también, no muchas, pero banderas
cubanas entre la gente y republicana en los versos de Luis Pastor.
Una noche de solidaridades, con Ecuador (más que necesario)
con los precariados (Ismael Serrano), con los griegos y esa propuesta de Aute
de crear el FPIGS (Federación de Paises Libres del Gran Sur, desde Chipre a
Portugal), de no olvidar el barrio, los barrios en los que
nacimos-vivimos-crecimos-amamos-odiamos y ahora queremos recuperar en la voz y
los versos actuales de 1975 de Luis Pastor.
Una noche para conocer porque la canción San Petersburgo la
compuso Silvio basándose en una historia que le contó García Marques para curar
el miedo de un vuelo tormentoso, aunque no hace mención a ella en la canción,
pero ya se sabe: “No habla de esa historia, pero no habría sido posible sin
ella”.
Una tarde-noche al fin y al cabo para recordar los
conciertos de la transición, que sabías cuando empezaban y porque se hacían
(para traer la cultura, la luz, la vida a la calle que nos habían robado
durante 40 años), pero solo acababan cuando cantaba-cantábamos la última
canción.
También una canción para gritar que Si, que si se puede (un si, se puede, el mío, antropológico, cultural, holístico). Y espero
que en Villaverde, en Carabanchel, en Latina, en Vicalvaro o en Moratalaz,
podamos seguir pudiendo escucharles-escucharnos dentro de poco, a ellos y a nosotros, a los
Cantautores de los que nos sabemos de memoria sus canciones y a los cantautores
que estamos aprendiendo las nuestras y devolverles a nuestros hijos y nietos
(el que los tenga) la esperanza en un tiempo mejor con nuestras canciones, para
poder elegir entre ARTE y fútbol.
Yo de momento el 15 de mayo en Fuenlabrada espero
cantar-cantaros-cantarnos algunas de esas cancionoes.
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