miércoles, 10 de junio de 2015

Que la tierra te sea leve Pedro.



Últimamente estas reflexiones que siempre las imagine, agiles y llenas de retranca, me salen más bien sositas o faltas de ese sexappeal que os debo, pero es que la cosa esta como esta.

Ayer se constituyó, sin sorpresas, la Asamblea de Madrid, bueno, alguna hubo, cuando las Señorías de Podemos al levantarse indicaron que están allí para acercar las instituciones a la gente. La carita de la nueva Presidenta, que va a lidiar con estos insurgentes (en palabras de la Espe, que no mías), era un poema, y algún gesto de la Secretaria Primera (Pepera también) que leía los nombres de sus Señorías mientras prometían o juraban (los católicos esto último), delataban que muy, pero que muy bien no les sentaba a los bancos del PP este nuevo protocolo.

A mí, que queréis que os diga, ni fu, ni fa, lo importante viene luego, pero les reconozco frescura y sentido de la escena.

Lo peor del día y del mes y posiblemente del año para la izquierda, para la democracia, para la igualdad y para la defensa de los derechos de tod@s ha sido la muerte de Pedro Zerolo.

Le conocí hace un año o así, cuando tuve el honor de moderar un debate en mi barrio, en Villaverde, en el que él intervino para hablar de lo suyo, de igualdad, de republicanismo, de laicidad, y tengo que reconocer que reconocí en él, a un líder, un líder enfermo, pero con una fuerza y un calor en sus convicciones que hacían olvidar el gorro azul que cubría las consecuencias de su enfermedad.

Luego, cuando tuve la oportunidad de votarle para ser cabeza de lista del PSM a la Comunidad de Madrid como muchos, pensé, “con lo que tiene este hombre encima, como se mete en estos fregaos”. Ahora lo comprendo, lo entiendo. Es que la vida es para vivirla toda, y si uno vive, se compromete, y si uno se compromete, uno no piensa cuando se va a morir (que eso nos puede pasar a los más sanos dentro de un rato) sino, cuando damos el siguiente paso, cuando ganamos la siguiente batalla, cuando iniciamos el siguiente proyecto.

De aquella charla en la Villaverde me quedé, nos quedamos, con una frase, “la izquierda o es valiente o no es izquierda” hoy me gustaría cambiarla por “la vida, o es valiente, o no es vida”.

Salud Pedro, que la tierra te sea leve.

Y el sábado celebraremos un gobierno de progreso en Madrid, que ya hacía falt

1 comentario:

  1. Nada para la vida cuando se tiene el corazón y el espíritu en movimiento, es tu batalla vencida, la semilla que dejas a otros que vienen tras de ti... Y en este instante sin sentido, tan solo la promesa del recuerdo.

    ResponderEliminar