¿Y porque, me diréis, me hago esta tonta pregunta?
Pues porque desde hace un par de meses todos son "cambios" en
la política española.
Un nuevo y "potente" proyecto que se llama “Podemos”
(veremos lo de potente y veremos lo de podemos cuando la arcilla de los
parlamentos se les peguen a los tobillos, ellos y ellas que han hecho de la “anticasta”
bandera y lucernario).
Un nuevo modelo de elegir al mandamás del partido con más
militancia de la izquierda (el PSOE) y un nuevo mandamás del PSOE (que además se llama como mi padre) que les dice a los Eurodiputados que voten NO
a Juncker y anuncia un giro a la izquierda.
Pero si algo tienen en común todas estas historietas que han
pasado en los últimos dos meses, me temo que es, que la “crisis ecológica”, el
cambio de modelo hacía una sociedad y una economía más sostenible ambientalmente,
la priorización del no impacto ambiental de nuestras acciones, han tenido más o
menos la misma importancia que siempre. Es decir, poca o nada.
Tengo que decir en honor a la verdad que Equo es la
excepción, pero también en honor a la verdad hay que decir que el único
representante de esta coalición en el parlamento europeo, de ecologista tiene lo justo. Pero en todo
caso a Equo le va de suyo el debate ecologista.
Y no hay cambio sin ecología, sin cambio ideológico hacía
posturas de respeto ambiental y de sostenibilidad ambiental. Y no porque yo sea
lo que soy, una sandia vieja y desconchada, sino porque el Planeta nos avisa
cada día de que esto que estamos montando tiene fecha de caducidad.
No podemos seguir apaciguando conciencias con cuotas a tal o
cual organización ecologista, necesitamos activistas en todas partes para
cambiar la mentalidad y el arraigo de tanto “desarrollismo” neoliberal.
No podemos seguir ocultando tras miles, cientos o decenas de
prometidos puestos de trabajo intangibles y la mayoría de las veces irreales,
verdaderas salvajadas como incineradoras, refinerías de petróleo, complejos
mafiosos o playas alicatadas hasta el techo.
No podemos seguir pidiendo giros a la izquierda, si esa
izquierda no se tiñe de verde, sino se convierte en Sandia.
Tenemos la obligación de que las Secretarias, portavocías,
responsabilidades varias de Medio Ambiente de los partidos o lo que es peor, de
las instituciones, dejen de ser, primero el pago para un servicio prestado para
una persona, grupos o partidos, que ni saben ni le interesa el tema y de esos
ejemplos tenemos muchos en todos los sitios.
Y después, que estas “carteras” de medio ambiente dejen
de ser el “interesado” barniz con que intentar tapar otras miserias.
Necesitamos propuestas potentes y apoyadas en equipos con
conocimiento y con trayectorias. Pero no para ganar votos, elecciones y
congresos, insisto. Sino porque nuestro Planeta no aguanta más Señoras y
Señores. Que se nos está agrietando el invento por los cuatro costados y parece que nos diera lo mismo.
Por eso desde esta huerta sandiaria pido un cambio urgente,
pero un cambio que imprescindiblemente incorpore la Ecología como una
prioridad, como una Vicepresidencia de Gobiernos y una Vicesecretaría General en
Ejecutivas y equipos directivos.
De lo contrario, cambiaremos, no digo yo que no, pero será cambiar
para nada, porque al final la realidad será más fuerte que nuestros cambios.
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