Casi todos los medios de comunicación recogen hoy una
noticia de lo más apabullante.
La Organización Mundial de la Salud en su informe de 2012
dice que 7 millones de personas mueren en el mundo todos los años a causa de la
contaminación atmosférica (http://www.who.int/es/
donde, quien quiera podrá ver una tabla con las afecciones más usuales
consecuencia de la alta contaminación atmosférica).
Dicho así, parece lejano y vaya, nos da pena, pero la justa,
que total ni les conocemos ni les vamos a conocer. Eso sí. El informe duplica
las cifras de 2008. Algo no debe funcionar muy bien en el mundo cuando mueren 7
millones de personas por causas que tienen solución, aunque también los habrá
que dirán: “son gajes del oficio de un mundo en desarrollo”. Yo a estos les digo: “vaya mierda de desarrollo que
supone la muerte de tanta gente ¿no?”.
Luego uno lee, eso no lo hace casi nadie, pero vaya yo,
ayudado de mi amigo José Miguel, le he dado una vuelta y aunque esté en inglés
he sumado y en Europa mueren todos los años la terrible cifra de 582.000
personas. Lo que supone una muerte a
causa de la contaminación cada 856 europeos.
Ostras Pedrín, esto
nos acerca más, lo mismo conocemos a algún luxemburgués o maltes que haya
muerto por esto.
¡¡¡Como siempre, echando balones fuera!!!.
Pero si ahondamos un poquito más y teniendo en cuenta estas
cifras (voy a pasar por alto las españolas, incluso las regionales), resulta
que en Madrid, con 3.207.247 habitantes y siendo una de las
capitales europeas con mayores problemas de contaminación y con menores medidas
para paliar este problema, como nos recuerda año a año Ecologistas en Acción y
los expedientes sancionadores de la UE, pues eso, que resulta que con estos
datos en Madrid “morimos” todos los años a consecuencia de la mierda en nuestro
aire 3.746 personas.
(silencio)
(silencio)
Pues sí, ahora sí que conocemos y con nombre y
apellidos (8 en caso de que se sea vasco) a muchas personas afectadas por este
mal conocido en Madrid como “boina”.
¿Y qué hacen los gobiernos, estatal,
autonómico, botellín? Mirar para otro
lado, decir que eso no va conmigo o echarle la culpa al polvo sahariano. Pedazos
de mendrugo.
¿Quién produce esta contaminación que nos asfixia
y nos mata? (Silencio de pensar).
Pues claro. Tú, aquel, nosotros, vosotros,
ellos, yo (para que el burro no os espante), cada vez que encendemos el motor
de nuestro coche. Cada vez que nos quejamos de lo malo que es el transporte
público (que podría mejorar, es cierto, pero no es “inusable”) para tener una
excusa con la que apretar el acelerador, y cada vez que votamos a quienes
llevan años (van ya para 25 años) sin hacer nada.
¿Y qué podemos hacer?. Me preguntáis.
Os doy un par de ideas, sé que peregrinas y
absolutamente impopulares, pero vaya, no sé yo si dejar que se mueran todos los
años 3.746 personas es mejor.
Primero: Limitar el tráfico privado no
residente en el centro de Madrid. Yo lo limitaría de la M-30 hacía dentro, pero
se pueden interpretar otras soluciones menos radicales, pero LIMITAR EL TRÁFICO
es una medida que NO TIENE ALTERNATIVA (he pensado en algún eufemismo como “desincentivar”,
pero me he decidido por no engañaros. No hay que desincentivar, hay que
LIMITAR, porque al final a los más adinerados no se les desincentiva tan fácilmente,
siempre tienen un par de coches con matrículas alternas o se compran una plaza
de garaje o pagan el peaje que los demás no pueden pagar).
Segundo: Beneficiar fiscalmente a quienes
usan el transporte público, la bicicleta o se mueven a pie por la ciudad (por
ejemplo con un abono social para parados sin prestación, jubilados, niños o
quien viaje en bicicleta etc., etc.)
Ahí las dejo. Hay muchas más medidas y seguro que hay
graduaciones posibles para estas, pero lo que sí que es evidente es que no
podemos seguir mirando para otro lado, se llame Sahara o peras y manzanas, y
por supuesto Undiano Mallenco no tiene culpa.
Eso sí. Si seguimos sin hacer nada, nos van a
sacar tarjeta roja a todos y a todas.
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