miércoles, 26 de marzo de 2014

NOS MORIMOS, PERO EN MI COCHE.



Casi todos los medios de comunicación recogen hoy una noticia de lo más apabullante. 


La Organización Mundial de la Salud en su informe de 2012 dice que 7 millones de personas mueren en el mundo todos los años a causa de la contaminación atmosférica (http://www.who.int/es/ donde, quien quiera podrá ver una tabla con las afecciones más usuales consecuencia de la alta contaminación atmosférica).


Dicho así, parece lejano y vaya, nos da pena, pero la justa, que total ni les conocemos ni les vamos a conocer. Eso sí. El informe duplica las cifras de 2008. Algo no debe funcionar muy bien en el mundo cuando mueren 7 millones de personas por causas que tienen solución, aunque también los habrá que dirán: “son gajes del oficio de un mundo en desarrollo”.  Yo a estos les digo: “vaya mierda de desarrollo que supone la muerte de tanta gente ¿no?”.


Luego uno lee, eso no lo hace casi nadie, pero vaya yo, ayudado de mi amigo José Miguel, le he dado una vuelta y aunque esté en inglés he sumado y en Europa mueren todos los años la terrible cifra de 582.000 personas.  Lo que supone una muerte a causa de la contaminación cada 856 europeos.

Ostras Pedrín, esto nos acerca más, lo mismo conocemos a algún luxemburgués o maltes que haya muerto por esto. 

¡¡¡Como siempre, echando balones fuera!!!.


Pero si ahondamos un poquito más y teniendo en cuenta estas cifras (voy a pasar por alto las españolas, incluso las regionales), resulta que en Madrid, con 3.207.247 habitantes y siendo una de las capitales europeas con mayores problemas de contaminación y con menores medidas para paliar este problema, como nos recuerda año a año Ecologistas en Acción y los expedientes sancionadores de la UE, pues eso, que resulta que con estos datos en Madrid “morimos” todos los años a consecuencia de la mierda en nuestro aire 3.746 personas.


(silencio)


(silencio)


Pues sí, ahora sí que conocemos y con nombre y apellidos (8 en caso de que se sea vasco) a muchas personas afectadas por este mal conocido en Madrid como “boina”. 


¿Y qué hacen los gobiernos, estatal, autonómico, botellín?  Mirar para otro lado, decir que eso no va conmigo o echarle la culpa al polvo sahariano. Pedazos de mendrugo.


¿Quién produce esta contaminación que nos asfixia y nos mata? (Silencio de pensar).


Pues claro. Tú, aquel, nosotros, vosotros, ellos, yo (para que el burro no os espante), cada vez que encendemos el motor de nuestro coche. Cada vez que nos quejamos de lo malo que es el transporte público (que podría mejorar, es cierto, pero no es “inusable”) para tener una excusa con la que apretar el acelerador, y cada vez que votamos a quienes llevan años (van ya para 25 años) sin hacer nada.


¿Y qué podemos hacer?. Me preguntáis.


Os doy un par de ideas, sé que peregrinas y absolutamente impopulares, pero vaya, no sé yo si dejar que se mueran todos los años 3.746 personas es mejor.


Primero: Limitar el tráfico privado no residente en el centro de Madrid. Yo lo limitaría de la M-30 hacía dentro, pero se pueden interpretar otras soluciones menos radicales, pero LIMITAR EL TRÁFICO es una medida que NO TIENE ALTERNATIVA (he pensado en algún eufemismo como “desincentivar”, pero me he decidido por no engañaros. No hay que desincentivar, hay que LIMITAR, porque al final a los más adinerados no se les desincentiva tan fácilmente, siempre tienen un par de coches con matrículas alternas o se compran una plaza de garaje o pagan el peaje que los demás no pueden pagar).


Segundo: Beneficiar fiscalmente a quienes usan el transporte público, la bicicleta o se mueven a pie por la ciudad (por ejemplo con un abono social para parados sin prestación, jubilados, niños o quien viaje en bicicleta etc., etc.)


Ahí las dejo. Hay muchas más medidas y seguro que hay graduaciones posibles para estas, pero lo que sí que es evidente es que no podemos seguir mirando para otro lado, se llame Sahara o peras y manzanas, y por supuesto Undiano Mallenco no tiene culpa.


Eso sí. Si seguimos sin hacer nada, nos van a sacar tarjeta roja a todos y a todas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario